El componente más importante y determinante para la calidad de una pintura es el ligante. Su función es la de aglutinar los distintos ingredientes entre sí y sobre todo la de garantizar la adherencia de la pintura al soporte.
Los ligantes minerales reaccionan químicamente con el soporte. El sistema de silicato se basa en la petrificación del ligante con el soporte. Este tipo de unión firme e insoluble es determinante para la durabilidad y es único de las pinturas de silicato de la marca KEIM. Además de su durabilidad, te permitirá pintar directamente sobre pintura plástica, a diferencia de las pinturas de silicato convencionales, que no son compatibles.
Con el tiempo los colores se alteran: La madera se oscurece o se vuelve gris, las pinturas blancas amarillean y los colores de las fachadas se desvanecen. Pero esto se puede evitar utilizando pinturas minerales con pigmentos inorgánicos extremadamente estables a la luz.
El color es también un elemento de diseño
La pintura tiene múltiples funciones: Por un lado protege las superficies del edificio y por el otro el color es un importante instrumento de diseño en arquitectura y urbanismo. El color subraya la personalidad de un edificio, de una calle, de un complejo o de una población entera.
Los pigmentos minerales no se decoloran con el paso del tiempo
Y se caracterizan por presentar una constancia de color extremadamente alta. Las pinturas minerales KEIM son inalterables durante décadas, dado que contienen exclusivamente pigmentos resistentes a los rayos UV.
Construir de forma sostenible significa elaborar proyectos energéticamente eficientes, pero también elegir de forma consciente materiales duraderos, libres de sustancias nocivas y fáciles de eliminar, como son las pinturas minerales.
La elección de los materiales es hoy uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta si se desea optimizar la arquitectura desde el punto de vista ecológico. Porque las características de los materiales de construcción también desempeñan un papel importante en el equilibrio ecológico del edificio, además de su demanda energética.
A pesar de que en el cómputo global las pinturas de exterior e interior suponen una parte pequeña del conjunto de materiales necesarios para construir un edificio, no conviene infravalorar su impacto. Además del impacto directo que tiene el contenido en sustancias nocivas o las emisiones durante la aplicación, hay otros factores que contribuyen de forma notoria al equilibrio ecológico, como el uso de los recursos y la durabilidad.
En este contexto, las pinturas minerales aportan una gran cantidad de ventajas, dado que se componen de materias primas naturales. Su fórmula no contiene componentes problemáticos como disolventes, plastificantes, biocidas o conservantes que podrían liberarse al ambiente. Es decir, son seguras para las personas y el medio ambiente.
Soluciones minerales que ahorran recursos
La enorme durabilidad de las pinturas minerales permite ahorrar no solo dinero, sino también recursos naturales, dado que necesitan un mantenimiento mucho menos frecuente. Y cuando hay que hacerlo, basta con limpiar la fachada con agua. Porque las pinturas minerales no forman capas gruesas sobre el soporte, por lo que no es necesario decaparlas y eliminarlas.
Soluciones minerales sostenibles
Las pinturas minerales protegen los edificios de las agresiones ambientales preservando así su valor y contribuyendo de forma directa a la sostenibilidad.
Las pinturas de silicato son extremadamente permeables al vapor de agua, lo que evita la acumulación insidiosa de humedad detrás de capas demasiado gruesas y por consiguiente el deterioro a largo plazo. El silicato potásico utilizado como ligante, es un componente natural muy resistente a la intemperie, porque se une químicamente al soporte y prácticamente «petrifica». Como resultado se obtiene una unión totalmente resistente y estable a los rayos UV. Gracias al uso de pigmentos minerales totalmente integrados, los colores se preservan durante mucho tiempo, la superficie no calea y se ensucia mucho menos que con las pinturas plásticas.
Funciones básicas pintura para fachadas:
Dotan al edificio de color y lo protegen de agentes externos como la lluvia, los rayos UV, el calor, el frío, los contaminantes o los microorganismos. Por consiguiente, no es de extrañar que algunas pinturas no soporten durante mucho tiempo estas condiciones. Cuando eso sucede es necesario volver a pintar. O también se puede optar desde un inicio por materiales de larga vida útil que no fallan, como las pinturas minerales KEIM.
El revestimiento exterior del edificio como barrera contra la intemperie
La pintura de la fachada es un elemento importante, dado que protege de la intemperie y de los daños por humedad. Pero solo lo hace si permanece intacta. Esto significa que la superficie de una fachada no es algo que deba tomarse a la ligera: vale la pena estudiar bien los materiales que se van a utilizar y elegir los correctos.
Los que piensan en la rentabilidad miran hacia el futuro. Porque solo el tiempo demuestra cuál es el coste de mantenimiento real. Cuanto más larga es la vida útil prevista, más importancia tiene este aspecto.
La rentabilidad aumenta con la vida útil de una inversión:
Unos ciclos de renovación más largos protegen los fondos de reserva para reparaciones. Generan muy pocos gastos de mantenimiento y conservan sus propiedades funcionales y estéticas durante mucho tiempo.
Las pinturas minerales suponen un auténtico modelo de ahorro
Aunque las pinturas minerales de calidad cuesten un poco más, suponen solo una pequeña parte del coste total comparado con el de la mano de obra, y además contribuyen decisivamente a la calidad a largo plazo del edificio.
En conclusión, la pintura mineral KEIM es duradera, absolutamente resistente a la luz y a los rayos UV y naturalmente sostenible.
¿Sabías que muchos de los edificios emblemáticos han sido pintados con pintura mineral KEIM?
Imágenes e información extraída de la web oficial de KEIM.